Con una hermoso nacimiento inspirado en la llama de nuestra misión, nos acercamos a todos vosotros a través de estas líneas para desearos sencillamente, Feliz Navidad. No ha sido un año fácil, para nadie lo ha sido, pero aun en los momentos más duros no hemos perdido ni la fe ni el coraje. Por todo eso la Navidad nos recuerda la esperanza de que, en la insignificante aldea de Belén en el extrarradio del poderoso Imperio romano, nació Jesús para liberar al mundo entero del señorío de la muerte y el sinsentido.
Una vez más, celebramos que es Navidad porque Dios ha nacido. ¡Feliz Navidad!
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