Mantenerse activo y salir al patio a tomar el sol y el viento es un privilegio que no todo el mundo puede permitirse en esta situación excepcional de confinamiento. Por eso hay que aprovechar estos ratos para soltar nuestro pesimismo, dejarlo atrás y llenarnos de esperanza e ilusión. Cada día que pasa es acercarse al final de este mal sueño y un motivo para sentirse vivo y compartir con nuestros compañeros, amigos y familiares lo que somos y tenemos.
Un día más para vivir agradecidos.
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